(1)

La siguiente oda se llama dícolos tetrástrophos, o sea canto compuesto en dos clases de metros, con repetición cada cuatro versos. Pues tiene tres versos iguales llamados sáficos y que constan -primer metro- de troqueo, espondeo, dáctilo y dos troqueos. El cuarto verso o adonio se reduce a dáctilo y espondeo.

Himno. Cantado como Iste confesor o Ut queant laxis
resonare fibris
.

Símbolos hay sagrados que se leen,
donde un espejo de la vida santa
se abre a las nuevas mentes de los fieles
israelitas.

Recorriendo el desierto lentamente,
un sitio ameno hallaron los hebreos,
llamado Elim, que fue en aquel camino
sexta parada.

Allí manaban hasta doce fuentes
con dulce son para aliviar nacido
y setenta palmeras ofrecían
galas y fruto.

Tal hecho simboliza exactamente
las series de discípulos primera
y segunda que con la cruz siguieron
fieles a Cristo.

Ya la voz de éstos, que el Señor ayuda,
con mérito y virtud maravillosa
de las palmas el dulce honor ganando
va por el mundo.

Del corazón la tierra laborable
con su doctrina riegan y lloviendo
rocío celestial la satisface
lleno de gracia.

La sexta edad (2) nos llama ya iniciada
en que Dios viene a restaurarnos gratis
a los creyentes, vigilemos en el
tiempo propicio.

Entre ellos refulgente está Santiago,
mártir insigne, de la fe columna,
el primero en el coro de los doce,
hostia (3) de Herodes.

Por eso honor es de la vida y vena
de perdón y del trueno hijo y estrella
que arroba y agua de piedad y fuente
de peregrinos.

El a España le fue dado patrono,
pastor y pan expuesto al caminante,
con que viandantes de ligera dieta
se justifiquen.

Por eso, ¡oh abogado diligente!
a Cristo Juez perdón para nosotros
pide y consigue que en su amor vivamos
siempre contigo.

Gloria al Padre y al Engendrado Cristo
y al Sumo Soplo de ambos emanado,
a la vez trina al Trino y una al Uno
gloria perpetua.

(1)

Dos himnos del Breviario Romano, también estrofas sáfico-adónicas, el primero del Común de Confesores y el segundo dedicado al Bautista, que data de la época carolingia y se le atribuye a Paulo el Diácono.

(2)

La historia sagrada y principalmente San Agustín, distinguen seis edades del mundo: la primera desde Adán hasta Noé, la segunda hasta Abraham, la tercera hasta David, la cuarta hasta el cautiverio de Babilonia, la quinta hasta el nacimiento del Mesías y la sexta hasta la consumación de los siglos.

(3)

Entiéndase hostia en su sentido etimológico de víctima de sacrificio cruento.